LOS CLUBES, NUESTRO MEJOR ACTIVO.

Que desaparezca un club colombófilo por pequeño que sea es siempre una triste noticia; Que lo haga un club emblemático como el club colombófilo Manacor, la tristeza se convierte en impotencia y rabieta.

El club colombófilo Manacor se constituyó el 27 de abril de 1943, siendo su primer presidente D. Antonio Ferrer Mesquida, este año cumplía 80 años y en lugar de celebrarlo con alegría, se ha procedido deprisa y corriendo a su cierre. No se han contemplado alternativas, no se intentó crear una comisión gestora para reflotarlo, simplemente se disolvió; dando al traste con toda su historia y lo peor, su porvenir.

Tiene un brillante historial deportivo entre sus socios estaban el tándem Castor Ossorio que sentaron catedra, con el primer cuadro reproductor de Mallorca o  con aquel primer puesto del Concurso de Madrid en Mallorca en 1972, o cuando en 1981 Miguel Caldentey consigue la copa Jefe Estado mayor del Ejército.

Entre sus presidentes recordamos Gabriel Nadal de 1973 a 1986 y Guillermo Manresa que lo dirigió durante muchos años, acompañado del Sr. Trujols “ S’Ollete” con su famosa frase “hem de arribar a una compostura” en los tiempos difíciles en que la colombofilia en Mallorca estaba dividida. Manacor, siempre fue un punto de referencia y apoyo.

Entonces cabe preguntarnos, ¿se ha acabado la afición en la comarca de Manacor?  ¿han desaparecido los palomares que tan grande le hicieron? Pero no, ninguno de estos posibles motivos es cierto. Hay en la zona más de 12 palomares activos que, poco a poco han ido abandonando el club y reubicándose en clubes vecinos tales como Arta, Porreras o Campos entonces debemos preguntarnos cuál es el motivo?

Seguramente no habrá un motivo concreto, será un cumulo de pequeños motivos que propiciaron que poco a poco uno de los clubes de referencia de Baleares fuera perdiendo afiliados hasta que al final no pudo mantener su actividad.

Esto que en principio parece carecer de importancia, es a la larga uno de nuestros grandes problemas. Pensemos los clubes que han ido cerrando en los últimos años y los socios que han quedado por el camino. Socios que no les apetece o no pueden desplazarse al pueblo vecino, o simplemente al ver su club en declive se desmoralizan y optan por quitar las mensajeras que tanto amaron y que tantas alegrías les dieron.

Hoy tenemos clubes, que pasan por momentos difíciles. Es necesario estudiar la posibilidad de hacer “mancomunidades” de clubes para compartir gastos, especialmente en la hora de enjaule por el manejo del ordenador, pero que la apertura de los relojes pudiera hacerse en el club natal y así asegurar su supervivencia. En esto la Federación tiene un importante reto si quiere mantener la colombofilia balear como la conocemos ahora.

A club disuelto, socios perdidos por el camino. La supervivencia de los clubes será a la larga la supervivencia de la colombofilia balear