Reflexión

En mi opinión, el colombófilo y la paloma de antaño eran rústicos, que palabra tan humilde. Colombófilos que generaban melodía con tan solo dos manos y palomas que creaban de magia con solo dos alas.

Se trataba lo mínimo, es más, los productos escaseaban. ¿Eran mejores los colombófilos de aquella época? Quizás no, es más, seguramente no, pero dad por hecho que los COLOMBÓFILOS DE VERDAD eran mucho más listos, capaces de leer entre líneas, capaces de saber aportar a sus aladas lo que requerían. No había tanta información, sí más sentido común y uso de la razón.

Con lo anterior mencionado no pretendo que demos menos medicamentos, o sí, me explico. Debemos mejorar los aspectos que provocan patología en las palomas, lo que directamente provocará mayor salud y por tanto, menos uso de medicina. Como resultado, palomas natural e inmunológicamente más fuertes y con ello, menos uso de químicos.

Por otra parte, me gustaría comentar que las palomas de antes, de las cuales mucha sangre perdura, tenían un valor inmenso, un valor único entre los contagiados colombófilos. Marcar una paloma en sueltas realmente difíciles te llenaba de orgullo, de valor, de MÉRITO. En la actualidad, damos valor al tiempo y a la paloma, únicamente. ¿Qué hay de aquellos colombófilos que día tras día invierten horas en mejorar? ¿Qué de aquellos que se preocupan por la salud de sus animales?

Con esto no busco aquellas sueltas desastrosas, solo faltaría, ya que no las he vivido. Busco un equilibrio, es decir, pretendo dar mérito al colombófilo que dedica horas a sus aves, al que invierte su tiempo en mejorar cada día, aquel que aprende de sus errores y se marca objetivos, al que reflexiona. No pretendo elevar aquel que enjaula por enjaular, al charlatán que cree ser conocedor de toda verdad, al que trata por tratar y habla por hablar, por muchos años de colombófilo que lleve. Hablo del colombófilo de verdad. La edad no nos hace mejores, señores, nos hace más experimentados, pero solo se cumplirá esta norma si hay uso de razón y se sabe extraer algo de aquellas experiencias, sinó, no me vale. Cuantos hemos escuchado: “hace 40 años que tengo palomas; sé de qué hablo.” ¿A caso uno que lleva 10 no puede tener mejor criterio? Todos aquellos que llevan 40 años y nunca tuvieron resultados no son los que deben opinar sobre la antigua colombofilia. Hablemos con los que realmente marcaban palomas, ganaban campeonatos; los que se esforzaban de verdad. Hablemos con los verdaderos. No con aquel conformista con su trabajo que en una ocasión marco una paloma de 800km… sino con el que año tras año conseguía hacerlo y, como no, envidiado por el resto.

Por desgracia, colombófilos de los de antes, de los de verdad, hay pocos, pero los hay. Viven en la sombra de aquellos que creen saberlo todo. El que sabe, el que sabe pero de verdad aplicar teoría en la práctica y por tanto validez a la teoría, es muy consciente que es mucho más difícil competir contra él mismo, que contra el resto. Siempre lo dije y lo mantengo, -la paloma gana carreras, el colombófilo campeonatos-.

En definitiva, la colombofilia de antes, NO ERA MEJOR, sino que proporcionaba MEJORES palomas porque eran capaces de regresar de sueltas inesperadamente y se conocía el que realmente dominaba el ámbito. Hoy en día, todos somos buenos. Y lo peor de todo, que nos lo creemos.

Ahora que tenemos los medios, hagamos una colombofilia seria, apta para todos pero que realce a los que entienden a estas, que las cuidan; no adulteremos campeonatos… Demos prestigio a la paloma pero también al buen colombófilo.

En definitiva, música maestro…

Rafel Font Gómez