Leyendo Alas… DESINFECTANTES EN EL AGUA DE BEBIDA DE LAS PALOMAS.

NUMERO 138.- DICIEMBRE 1988

Es una medida recomendable que debe usarse en forma preventiva, especialmente a la vuelta de los concursos y en épocas de epidemias. Los colombófilos viejos ya acostumbraban a echar unas gotitas de tintura de yodo al bebedero de sus palomas 2 o 3 días por semana.

El yodo es un metaloide que se presenta en escamas negras y es muy saludable en alcohol a cualquier concentración y así se forma la tintura de yodo. Se volatiliza muy rápidamente y debe guardarse en frascos de vidrio de color oscuro con tapones de vidrio esmerilado.

Las tinturas de yodo que se utilizan deben ser de reciente preparación, ya que con el tiempo se transforman en ácido yodhídrico que pierde su poder antiséptico y se torna caustico siendo irritante al entrar en la vía digestiva.

El yodo, si bien sus requerimientos fisiológicos son ínfimos, es esencial para la nutrición, no solo del ser humano sino de todos los animales de sangre caliente y debe estar presente en la glándula tiroides para que esta pueda formar sus hormonas (tiroxina y diyodotiroxina) encargadas de regular el metabolismo basal. Como desinfectante en el agua de bebida su efecto no es despreciable y ya se use la tintura o el yodo coloidal tiene acción sobre ciertas bacterias, hongos, esporas y levaduras.

Otro desinfectante que fue anteriormente muy usado y que se daba también a beber a las palomas era el sulfato de hierro y que se vende en las droguerías para uso en agricultura. Se echaba una pizca del mismo en el bebedero. El agua, al diluirse tomaba un color herrumbroso y las palomas lo bebían sin dificultad. Su poder como antiséptico es insignificante y por el contrario un exceso en la dosis puede resultar toxico.

El ajo (Allium sativum) y la cebolla (Alliun cepa) ambos de la familia de las liliáceas, también son usados desde antiguo por los colombófilos como antimicrobianos. Deben sus propiedades a que contienen aceites poli sulfurados y que al eliminarse por vía respiratoria actúan terapéuticamente sobre la mucosa bronquial. Se ha comprobado así mismo que poseen propiedades antihelmínticas, favorecen los procesos digestivos y son ligeramente estimulantes del sistema nervioso.

No contienen nitrógeno y en cambio proveen de calcio y fosforo. Los aficionados lo dan a sus palomas en el agua de beber. Para ello cortan en pedacitos 3 o 4 dientes de ajo previamente pelados y los mismo se hace con una cebolla.

Los colocan en un frasco grande o en un balde de platico con suficiente agua y los dejan que rezuman de un día para otro. Al día siguiente las palomas reciben esta única bebida y así durante 2 o 3 días. El agua utilizada del recipiente se rellena con agua limpia y cuando es necesario se agrega ajo y cebolla nuevos. Cada semana se repite la operación.

Esta bebida no tiene contraindicaciones salvo el olor y el sabor, pero las palomas se acostumbran perfectamente bien. Hay que tomar la precaución en tiempo cálido de guardarla en lugar fresco ya que tiene tendencia a fermentar.

Sal de cocina (cloruro de sodio). Es un elemento indispensable para la vida. Hay aficionados que la usan en pequeñas proporciones en el agua de beber como antiséptico de la vía aérea superior

Hace años visite algunos palomares en la ciudad veraniega de Mar del Plata. Estos aficionados daban a sus palomas una parte de agua de mar. Me llamo poderosamente el estado de salud de los ejemplares y la limpieza de la mucosa de sus gargantas. La sal marina es además rica en silicio y magnesio

Dr. Germán de Lara (República Argentina 1988)